Nutrición

Piramide alimenticia


La pirámide alimentaria es una guía visual que se propone para elaborar una dieta equilibrada. Este recurso gráfico se diseña con el fin de que la población siga unos objetivos dietéticos que propone una organización o una sociedad experta en materia de salud. Los alimentos dispuestos en la cima o vértice superior son los que deben consumirse en menor cantidad y los que están cerca de la base son los que se deben consumir con mayor frecuencia y en cantidades mayores.



Grupo 1:
Leche y derivados. Son los llamados alimentos protectores y aportan una alta dosis de proteínas completas y también de calcio. Son imprescindibles en nuestra dieta y son la fuente más importante de calcio que hay. Para los niños es fundamental, puesto que les ayuda en el crecimiento, y también lo es para los adultos, ya que sin este grupo alimenticio los huesos se resienten de manera considerable, el desgaste es mayor y la fatiga no tarda en aparecer. En cuanto a las personas que padecen problemas de colesterol es recomendable que tomen estos productos desnatados.


Grupo 2:
Carne, pescado y huevos. Fuente de proteínas de alto valor biológico y de hierro, con lo que los beneficios en nuestro cuerpo son muy altos. La carne roja o blanca es la que debemos consumir en nuestra dieta para que sea beneficioso aunque no hay que abusar, ya que siempre contiene grasas saturadas. Los huevos también son básicos en la dieta pero siempre hay que comerlos de manera equilibrada porque hay que recordar que contienen colesterol. En cuanto al pescado prácticamente todo son beneficios y los podemos comer blancos o azules.


Grupo 3:
Verduras y frutas. Este grupo aporta una gran cantidad de vitamina A y C, fibra y sustancias minerales tales como el potasio, el magnesio o el hierro. En cuanto a las verduras, cabe destacar que las más beneficiosas para nuestro organismo son las verdes y, además, tomarlas frescas. En cuanto a las frutas, cabe resaltar que las ácidas son donde mayor cantidad de vitamina C se encuentra. Por ello, hay que destacar frutas como la naranja, el limón, las fresas o el pomelo.


Grupo 4:
Alimentos feculentos y azucarados. Son la fuente principal de hidratos de carbono y fibra, incluso pueden aportar vitamina B, como las legumbres y los cereales, y vitamina C, como la patata. En este grupo englobamos alimentos como la pasta, el arroz, la harina, el maíz, el pan o las legumbres, pero también los pertenecientes a los azucarados, de los que cabe no abusar, como el chocolate, el propio azúcar o diferentes frutos secos.


Grupo 5:
Materias grasas. Debe evitarse el consumo de grasas pero, de una manera equilibrada, es necesario consumirlas, pues aportan grandes valores energéticos, vitaminas liposolubles y ácidos grasos fundamentales. Productos que se engloban en este grupo son la mantequilla, la margarina o el aceite, recomendable consumirlo de oliva para un correcto mantenimiento de la dieta.


Grupo 6:
Bebidas. El agua es el único líquido verdaderamente imprescindible en nuestro organismo. Así y todo, es beneficioso consumir zumos de frutas, que aportan vitaminas en nuestro cuerpo, y también café o té, pero siempre en pequeñas dosis, ya que nos proporcionan energía y estimula las funciones cerebrales. Un alto consumo puede crear dependencia, por lo que no es recomendable como no lo es, en absoluto, el alcohol, que tiene que estar fuera de nuestra dieta habitual y si se consume debe ser siempre con moderación.